La 90° entrega de los premios Oscars eligió a su mejor película: La forma del agua. Esta vez, sin errores de sobres de por medio, la película de Guillermo de Toro –quien está denunciado por considerar que su cinta es un plagio– se quedó con la deseada estatuilla.
Pese a tener 13 nominaciones, el film logró quedarse con cuatro estatuillas, por delante de las dos obtenidas por Tres anuncios por un crimen y las tres de carácter técnico de Dunkerque.
Llámame por tu nombre, The post: los archivos del Pentágono, ¡Huye!, Las horas más oscuras, Lady Bird y El hilo fantasma también competían como Mejor película.
“Soy un inmigrante, como muchos, muchos de ustedes, y en los últimos 25 años he vivido en un país que es de todos nosotros: tiene partes de aquí, de Europa, de todas partes, porque creo que lo más maravilloso que se puede hacer -y nuestra industria lo hace- es borrar las líneas en la arena”, dijo Del Toro al recibir la estatuilla, una gala con un marcado tono político contra el abuso y la igualdad laboral con las mujeres.
El filme, que cuenta una historia de amor entre una limpiadora muda y una criatura anfibia guardada en un tanque de agua en una instalación militar de Estados Unidos en plena Guerra Fría, ha dominado la temporada de premios en Hollywood.
Del Toro se coronó minutos antes con el Oscar a mejor director, distinción que obtuvo también en los Globos de Oro, el premio del sindicato de directores y el Bafta del cine británico.
La forma del agua, que había acaparado el mayor número de nominaciones con 13, se llevó además estatuillas por mejor banda sonora y diseño de producción.
En esta película aclamada por la crítica, Elisa (Sally Hawkins), a quien le cortaron la garganta de bebé, recluta a su vecino homosexual (Richard Jenkins) y a su compañera de trabajo (Octavia Spencer) para la misión de liberar del laboratorio a la criatura prisionera, que tiene los días contados.