El diario El País recabó la visión de los especialistas sobre la insólita propuesta de la diputada de Cambiemos Marcela Campagnoli. Los enormes riesgos que implica para los bebés. La insólita propuesta de la diputada de Cambiemos Marcela Campagnoli, íntima de la dirigente de la Coalición Cívica Elisa Carrió, de sacar el feto de la panza a las mujeres que quieran abortar, entre las 20 y las 24 semanas de gestación, para mantenerlo en incubadoras y darlos en adopción, ya generó una ola de asombro más allá de las fronteras argentinas.
El diario El País de España se preocupó por investigar los problemas médicos que conlleva, empezando por los importantes riesgos que implica para los bebés, si se decidiera poner en práctica la iniciativa. “Estos pequeños que nacen antes de la semana 25 de gestación, suelen pesar menos de medio kilo y sus órganos vitales no están maduros”, explica la experta española Rocío Núñez, directora científica de la clínica Tambre de Madrid.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el nacimiento prematuro es la principal causa de defunción en los niños menores de cinco años, y provocó en 2013 cerca de un millón de muertes en el mundo. Cada año nacen 15 millones de bebés antes de tiempo. La OMS señala que el bebé prematuro se puede enfrentar a importantes problemas de salud, como la pérdida de calor corporal; tener más dificultades para alimentarse y padecer infecciones graves con más frecuencia, entre otros trastornos.
El diario El País destaca que en España nacen cada año unos 29.000 niños prematuros, y representan el 75 por ciento de los ingresos hospitalarios en neonatos, según los últimos datos ofrecidos por la Sociedad Española de Neonatología. Además, en el caso concreto de la gran prematuridad, esta es la principal causa de morbimortalidad en la infancia en ese país, que oscila entre el 1,5 y 1,8 por ciento del total de nacimientos, según la misma sociedad de expertos. En Europa, son 500.000 los que lo hacen anualmente.
“La mayoría de estos grandes prematuros se enfrentan a muchos problemas clínicos, debido a que sus pulmones y corazón no están desarrollados”, explica Núñez. “Son bebés que suelen someterse a muchas cirugías para solventar los problemas que van padeciendo según van desarrollándose”, añade. “La viabilidad humana comienza sobre la semana 24-25, sin embargo, en el caso de estos recién nacidos, muchos fallecen, y los que sobreviven tienen algún tipo de secuela derivada de su gran prematuridad”, prosigue Núñez.
En su prédica contra la legalización del aborto, Marcela Campagnoli aseguró que “podemos decirle a la madre que hoy la ciencia puede ayudarle, que la semana 20 ó 21 de ese embarazo no deseado, se le saca y se mantiene con vida en una incubadora y así sería una adopción prenatal’. “Tengo conocidas que han abortado y he acompañado espiritualmente a muchas a evitar ese trauma y poder dar a ese niño en adopción”, sostuvo.
Los especialistas explican que aunque en algunos casos los prematuros consiguen sobrevivir, el proceso supone un gran sufrimiento para los padres que tienen que ver cómo su pequeño se somete a muchos tratamientos y, en muchos casos, solo pueden esperar sin nada que puedan hacer.
El pasado noviembre saltó la noticia sobre una niña totalmente sana, que ahora tiene tres años, y que podría ser la recién nacida prematura y superviviente más joven del mundo. Nació con tan solo 21 semanas y cuatro días de gestación (menos de cinco meses), según publicaba Journal of Pediatrics, la revista científica que narró su historia. Cuando nació pesaba 425 gramos. La pequeña estuvo 126 días en la UCI, un poco más de cuatro meses. “A pesar de la increíble historia de esta madre, es importante que la gente comprenda que nacer tras 22 semanas de embarazo tiene un gran riesgo”, explicaban los expertos entonces.
“Aunque clínicamente la supervivencia es posible, los riesgos para el pequeño son muchos y muy graves. ¿Qué ginecólogo se prestaría a provocar un parto en la semana 20 de embarazo sin necesidad? Es una locura”, termina Núñez.
Por ahora, el debate quedó restringido a las implicancias médicas de la iniciativa. Pero habría que considerar también sus alcances económicos. ¿Cuál sería el presupuesto necesario para hacer realidad los sueños de la diputada oficialista? ¿Cuántos miles de encubadoras habría que incorporar a las salas de neonatología de los hospitales? ¿Cuántos miles de enfermeras de alta especialización habría que formar para atender a los frágiles bebés? Sería muy útil que la diputada difunda sus propuestas para lograrlo.