Para visibilizar y entender cómo era antes la mentalidad sobre el acoso que comienza a modificarse lentamente, en las redes sociales se viralizó un video con el testimonio de Romina Yan, en el que contó tiempo atrás que vivió una situación de acoso por parte del actor Gabriel Corrado.
La actriz, quien falleció en 2010, fue invitada ese mismo año al programa Trip, en el que dos famosos conversaban mientras recorrían la ciudad en un auto. Su compañero de viaje era Guido Kaczka, con quien la hija de Cris Morena había compartido elenco en Chiquititas.
“Era re zarpado. Yo era muy pendeja y él era un galán. (…) Me quiso meter la lengua y lo frené”. Así, en pocas palabras y sin darle vueltas contó lo que había vivido, aunque cuidando los detalles. De esa manera dejó a la vista de todos la relación desigual de poder. Romina comenzaba su carrera y Corrado estaba en su mayor momento de éxito. Juntos interpretaban a la pareja de Chiquititas, una novela infantil, en donde las escenas románticas no debían ser demasiado lanzadas. Pero, según sus palabras, debió remarcar ese punto.
La respuesta de Kaczka es el ejemplo de cómo se veía a las mujeres que intentaban elevar su voz para pedir respeto e igualdad. “¿Cómo le vas a parar el carro a Corrado? Qué desubicada sos, el tipo estaba trabajando”, fueron las palabras del conductor. Una síntesis perfecta de una época, que aún tiene cierto presente y por el cuál se insiste con que #NoesNo, tal como afirma la campaña a la que se sumó Calu Rivero y que las mujeres replican por el bien de todas.
“¿Te metió la lengua? Muy bien Corrado”, celebró Kaczka en un intento de tomar el tema con humor, pero sin percatarse en que Romina estaba conmovida, traumatizada y molesta con la experiencia desagradable que soportó.
En ese momento, las palabras de la actriz no tuvo repercusión alguna. Mirar el pasado con ojos del presente, en un intento de analizar lo que aún se deje mejorar, puede resultar incómodo para muchos que aún no quieren soltar esos moldes que tanto daño generaron y generarán hasta que exista la igualdad de género y se termine con el atropello machista.
Es importante dejar al descubierto lo que se naturalizó en algún momento para entender que ya no hay miedo de denunciar, de decir y que el empoderamiento femenino logró que muchas tengan la fuerza de decir lo que sufrieron o sufren sin miedo.
Hasta el momento, ni Kaczka ni Corrado hicieron alusión a estas imágenes, quizás ahora el presente los deja sin palabras, tal como intentaron callar los dichos de Romina Yan en el pasado.