Tras pasar toda la noche en la sede del sindicato metalúrgico de San Antonio do Campo, Luiz Inácio Lula da Silva continuaba hoy allí, donde esta mañana se realiza una misa en recuerdo de su esposa Marisa Leticia Rocco, fallecida en febrero del año pasado. La prensa brasileña señalaba que el arresto podría concretarse tras esa homilía o inlcuso el lunes. Sin embargo, desde el Partido de los Trabajadores aseguraron que “los abogados continúan usando todos los instrumentos jurídicos disponibles para impedir que ocurra la prisión ilegítima” dictada por el juez Sergio Moro.
Ayer a las 17 venció el plazo que Moro le impuso a Lula para que se presentara en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba para empezar a cumplir la pena de doce años y un mes de prisión que se le dictó en la causa por el Lava Jato.
El ex presidente y favorito en todas las encuestas para las elecciones de octubre próximo en Brasil no se presentó y permaneció en el mismo sindicato que comandó los años 70 y 80. Miles de manifestantes fueron hasta allí a expresarle su apoyo.
Ante una multitud que coreaba “Lula guerrero del pueblo brasileño”, “Lula Inocente” y “Lula Presidente”, la Policía Federal desistió de llevar a cabo el arresto al menos hasta hoy. Los seguidores del líder del PT siguen firmes fuera de la sede sindical, desde la cual anoche el ex presidente salió a saludarlos y a retribuirles su apoyo.
Aunque se había dicho que Lula daría un discurso, no lo hizo. Optó, en cambio, por enviar un mensaje breve, pero contundente a través de su cuenta de Twitter. “La lucha continúa”, escribió en su cuenta de esa red social.
Quien habló en su nombre fue la presidente del PT, Gleisi Hoffman, y transmitió a la multitud otro mensaje del líder de ese partido: “Voy a convertirme en un símbolo de la resistencia de los trabajadores.”
Hoffman dijo también que “Lula sabe que es inocente y que no está incumpliendo la orden judicial”. También remarcó que el ex presidente “no desobedeció una orden judicial porque el juez de Curitiba le dio la opción de ir allá”.
“No habrá resistencia, pero él no irá al matadero con la cabeza baja, por libre y espontánea voluntad”, advirtió José Roberto Batochio, abogado de Lula junto a Cristiano Zanin Martins, en diálogo con el diario Folha de San Pablo, tras la negativa del candidato presidencial a cumplir con el plazo de entrega que el juez Moro había fijado a las 17. En ese mismo tono, Hoffmann sostuvo desde el palco en las afueras del sindicato ABC que “Lula no desobedeció una orden judicial porque el juez de Curitiba le dio la opción de ir allá” y luego transmitió un mensaje del líder del PT: “Voy a convertirme en un símbolo de la resistencia de los trabajadores”.
Por su parte, Roberto Batochio, miembro del equipo de abogados del ex mandatario, dijo “Lula no irá al matadero con la cabeza gacha”. La defensa del líder del PT denunció ayer a la mañana denunció las “arbitrariedades” del juez ante Naciones Unidas y a última hora presentó un recurso para anular la orden de prisión ante el Supremo Tribunal Federal.
Lula lleva ya más de un día y medio en la sede sindical de Sao Bernardo do Campo. Llegó allí el jueves a las 20, tras la intimación de Moro. El segundo piso del gremio armó un gabinete de crisis. Por allí pasaron Dilma Rousseff, Frei Betto, Hoffmann, y Guilherme Boulous, que también es el jefe del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo. Lula escuchó la opinión de cada uno y después fue él quien decidió no viajar a Curitiba.
Será también el propio Lula quien defina si se presenta y cuando lo hace. Algunos trascendidos indican que ya tomó la decisión: participar junto a su familia y su círculo de confiaza del oficio religioso en homenaje a su esposa y luego se presentará ante la Justicia.