Son tensos los días desde la elección primaria. Macri intenta modificar la situación política electoral con un paquete de medidas que generaron necesariamente la renuncia del Ministro de Economía Nicolás Dujovne, siendo reemplazado por Hernán Lacunza, titular de la cartera en la provincia de Buenos Aires.

Macri buscó darle aire a su gabinete a cuatro meses antes de que termine su mandato, que buscará renovar en octubre, con pocas chances. Y lo hizo en el lugar que quedó indudablemente más cuestionado por las urnas: el equipo económico. Además de dar una señal política, la renovación busca ser un gesto a los mercados, cuando al Gobierno se le hace más cuesta arriba generar calma y confianza.

“Sin duda hemos cometido errores, que nunca dudamos en reconocer e hicimos todo lo posible por corregir”, escribió Dujovne en la carta de renuncia. “Querido Mauricio, en el día de hoy he decidido presentar mi renuncia. Lo hago convencido de que, en virtud de las circunstancias, la gestión que liderarás necesita una renovación significativa en el área económica”, dijo en el escrito.

La Nación publica que en fuentes de su entorno, Dujovne ofreció su renuncia el martes pasado, pero el Presidente demoró la salida y optó por anunciar primero un paquete de medidas económicas de urgencia para dar una señal a la clase media. Lacunza habló telefónicamente con los funcionarios de la provincia sobre cuestiones de la gobernación. Horas después, Macri dialogó con Vidal para solicitarle el cambio de jurisdicción de su ministro y convocó al funcionario a su quinta de descanso. En la provincia, la cabeza del Ministerio de Hacienda (que Lacunza deja vacante) será ocupada por su segundo, Damián Bonari. No habrá allí caras nuevas.