En sus primeras palabras en la Cámara de Diputados, el mandatario no dejó ningún tema sin tocar y marcó las pautas de su propuesta programática para los cuatro años de gobierno. Con la mira en “empezar por los últimos para después llegar a todos”, especificó el rumbo que tomarán sus políticas más importantes.
Las primeras palabras de Alberto Fernández fueron un llamado al fin de la grieta y las divisiones ideológicas de la sociedad. “Vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina”, puntualizó y dejó clara cuál será el eje de sus políticas en un marco de “emergencia social”: “Es tiempo comenzar por los últimos para después llegar a todos. Este es el espíritu del tiempo que inauguramos”.
La convocatoria a la unidad de los argentinos
En este sentido, convocó a crear “una Argentina unida a una nueva mirada de humanidad que reconstruya vínculos sociales” y se refirió la existencia de “grandes muros que tenemos que superar para poner al país de pie”.
Entre ellos se refirió al “muro del rencor y del odio” y al “del hambre que deja a millones de argentinos afuera a del mesa”. También llamó a superar “el muro del despilfarro de nuestras energías productivas” y llamó a superar “los muros emocionales significa que todos seamos capaces de convivir en convivencia y comprender que nadie sobra”.
“Apostar a la fractura y a la grieta supondría que esas heridas sigan sangrando”, por eso “no cuenten conmigo para seguir transitando el camino de desencuentro”. “Quiero ser capaz de corregir errores” para hacer realidad “el sueño de una Argentina unida”
En el principio de su discurso recordó que un 10 de diciembre la democracia “sepultó la más cruel de todas las dictaduras” y destacó la figura de Raúl Alfonsín por “abrir la puerta a las pluralidad de ideas y la institucionalidad que habíamos perdido”.
“Los convoco sin distinciones a poner a la Argentina de pie” y dar “paso tras paso con dignidad” un camino hacia “el desarrollo y la justicia social”. Para ello, agregó, hay que “recuperar equilibrio sociales” y “ser conscientes de las profunda heridas que hoy padecemos y que necesitan curarse”.
“Una macroeconomía no aislada de un proyecto nacional”
En materia económica y tal como lo hizo a lo largo de su campaña, volvió a condenar “la aventura de la fuga de capitales que destruyó” la industria y la producción nacional. “Pasamos del estancamiento a caída libre”, dijo y anunció que el Presupuesto que el macrismo envió en septiembre pasado “no tendrá tratamiento parlamentario. “Sus números no reflejan ni la realidad macroeconómica, ni las realidades sociales, ni los compromisos de deuda que realmente han sido asumidos”.
Dijo que, por el contrario, enviará al Congreso su propio proyecto aunque no precisó la fecha. “Un presupuesto adecuado solo puede ser proyectado una vez que la instancia de negociación de nuestras deudas haya sido completada” y que “hayamos puesto en práctica un conjunto de medidas económicas, productivas y sociales para compensar el efecto de la crisis en la economía real”.
“Para poner a Argentina de pie el proyecto debe ser propio e implementado por nosotros, no dictado por nadie de afuera con remanidas recetas que siempre han fracasado”, definió.
Aseguró que ese será “el punto de partida para detener la caída libre”, enfatizó que “no hay progreso sin orden económico” y sentenció que hay que “salir de la lógica de más ajuste, más recesión y más deuda que se ha impuesto en los últimos cuatro años”. Y cuestionó: “El gobierno que acaba de terminar su mandato, ha dejado al país en una situación de virtual default”.
En el programa económico del nuevo gobierno, “los únicos privilegiados serán quienes han quedado atrapados en el pozo de la pobreza y la marginación”. A ellos, prosiguió, “necesitamos aliviarle la carga”.
Además, apeló “al patriotismo” de todos los sectores de la producción y afirmó que “el plan macroeconómico que perseguimos es una pieza central pero no aislada de un proyecto nacional de desarrollo”.
“Buscaremos una relación constructiva y cooperativa con el FMI y los acreedores”, porque “resolver una negociación de deuda no es cuestión de ganarle una disputa a nadie”, afirmó.
Además, remarcó que “el país tiene la voluntad de pagar, pero carece de capacidad para hacerlo” y responsabilizó de ello al gobierno saliente y a los acreedores que “invirtieron en un modelo que ha fracasado en todo el mundo una y otra vez”. “No vamos a repetir la triste historia de las misiones de técnicos imprudentes que prometen planes que no pueden cumplir”.
Su plan contra el hambre
El presidente ratificó, como había adelantado previamente, que el combate al hambre será el primer problema en en su lista de “ética de las prioridades y las emergencias”. “Más de 15 millones de personas están sufriendo de inseguridad alimentaria en uno de los países productores del mundo”, subrayó el mandatario, al resaltar que “toda al argentina unida le tiene que poner un freno a esta catástrofe social”.
Para eso, anunció el primer encuentro de trabajo en el marco del Plan Integral contra el Hambre. “Junto a todo el gabinete y personalidades de la sociedad civil, comenzaremos la acción que ponga fin a este presente penoso”, aseguró, al insistir en que “sin pan no hay presente ni futuro, la vida sólo se padece, no hay democracia ni libertad”.
Sin embargo, aclaró que no se soluciona solamente con poner a todos los argentinos un plato de comida en la mesa porque los más excluidos “necesitan también ser parte y comensales de la misma mesa grande de una nación que tiene que ser nuestra casa común”, lo que requerirá “reorientar prioridades en la economía”.
La política de Derechos Humanos y Justicia
Alberto Fernández dijo tener la “obligación de asumir imperativos irrevocables” en la defensa del Estado de Derecho pero también para luchar por la Memoria, Verdad y Justicia. “Hoy otra vez la Argentina vuelve a comprometerse con los derechos del hombre y a levantar esa bandera inclaudicable en cualquier lugar del mundo”, aseguró.
El desafío que propuso el presidente tiene que ver con “ciudadanizar la democracia”, porque resaltó que en su opinión mejorar la calidad de los derechos humanos y cívicos implica “superar esta pobra calidad institucional en la que vivimos”. “Siento que expreso a una generación que llega en esta hora al poder para tomar la decisión de saldarlo”, destacó.
Puntualmente, cuestionó “el deterioro judicial de los últimos años”, sobre todo las “persecuciones indebidas, detenciones arbitrarias inducidas por los que gobiernan y silenciadas por cierta comparecencia mediática”. “Vengo a manifestar un contundente Nunca Más, nunca más a una Justicia contaminada por servicios de inteligencia, por operadores judiciales, por procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos, nunca más a una Justicia que decide y persigue según los vientos políticos, que es utilizada para saldar discusiones políticas y una política que judicializa los disensos para eliminar al adversario de turno “, definió.
En ese marco, y para acabar con “la marcha ominosa” que provoca la falta de credibilidad en las instituciones anunció que decidió la intervención a la Agencia Federal de Inteligencia. Además, anunció que derogará el decreto 656 del 2016, que fue “una de las primeras y penosas medidas que la anterior administración promovió y que significó consagrar el secreto para el empleo de los fondos reservados por parte de los agentes de inteligencia del Estado”. Esos fondos, aclaró serám reorientados en el plan contra el hambre.
La política internacional, “por una América Latina unida”
En el plano internacional, recalcó que “la Argentina no debe aislarse” del mundo sino tener “una relación integral y plural” con “relaciones madura”. Puntualizó que el rol de la Cancilleríam a cargo de Felipe Solá “estará concentrada en conquistar nuevos mercados”.
En materia regional, afirmó que América latina “es nuestro lugar común” y sostuvo que con ese criterio “vamos a robustecer el Mercosur” que quedó marginado durante el gobierno de Mauricio Macri. “Seguimos apostando por una América Latina unida para insertarnos al mundo.”
También le dedicó un párrafo particular a Brasil, país con el que “tenemos una agenda ambiciosa” que durante su gobierno “será honrada”. Y sin mencionarlo a Jair Bolsonaro, recalcó que esa relación debe ser respetada “más allá de las diferencias de quienes gobiernan en la coyuntura”.
Tampoco hizo referencia a la situación que atraviesan Bolivia, Ecuador, Colombia y Chile. Pero en clara alusión a ellos se refirió a los países donde hay “movimientos autoritarios”, “golpes de Estado” y manifestaciones masivas “contra el neoliberalismo y la inequidad social”. Frente a este contexto, la Argentina “defenderá la autonomía de los pueblos” y “levantará alto sus principios de paz, de defensa de la democracia, de plena vigencia de los derechos humanos”.
El reclamo por Malvinas
Alberto Fernández ratificó “el imprescriptible reclamo por la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares”. Dijo que se honrará “la memoria de quienes cayeron” la guerra de 1982 y remarcó que se buscará “la resolución pacífica del diferendo” sobra la base de las declaraciones de Naciones Unidas al respecto. “No hay más lugar para colonialismos en el Siglo XXI.”
Al respecto, anunció que convocará a la creación de un Consejo con participación todas las fuerzas políticas, Tierra del Fuego, representantes del mundo académico y de los excombatientes, que tendrá como objetivo “diseñar las estrategias que permitan conducir con éxito el reclamo, más allá de los calendarios electorales”.
Medidas para las Pymes
Alberto Fernández aclaró que será indispensable “la solidaridad en la emergencia”, que tendrá muchas caras, teniendo en cuenta que hoy “nuestros compatriotas tomaron créditos para comprar alimentos o medicamentos o para pagar facturas”. El presidente prometió un “alivio fiscal” para las pequeñas empresas para dar fin a “la capacidad ociosa de las fábricas”, al que definió como “un despilfarro de economía productiva”.
La economía popular
El presidente destacó también que los miembros de la economía popular “serán actores centrales de estas políticas públicas”. “La cultura del trabajo se crea garantizando trabajado formales con todas las garantías”, subrayó al anunciar que su gobierno pondrá en marcha “acciones que faciliten que los titulares del salario social complementario puedan insertarse en el mundo salarial y cobrar por su trabajo”
Medidas contra el desempleo
Al cuestionar el país que dejó Macri, con un desempleo del 30 por ciento en los jóvenes y un millón que “no estudian ni trabajan”, adelantó que su propuesta será “garantizar el derecho al primer empleo a través de becas del Estado”.
Sobre el contrato social amplio
“La idea de un nuevo contrato de ciudadana social supone unir voluntades y articular al estado con las fuerzas políticas, los sectores productivos, loas confederaciones de trabajadores y los movimientos que incluyen al feminismo, a la juventud y al ambientalismo, sumando el entramado científico y académico”, sintetizó.
El presidente dijo que son esenciales “las medidas económicas y sociales que comiencen a revertir en rumbo estructural”. “Trabajadores, empresarios, representantes de campo para la puesta en marcha de acuerdos básicos de solidaridad en la emergencia para volver a encender los motores de nuestra economía”, subrayó.
En ese sentido, aclaró que lo primero deberá ser combatir los equilibrios macroeconómicos “para que la Argentina se encienda y pueda volver a caminar”. Sin embargo, aclaró el actual es “un sendero estrecho”, donde “no hay lugar para los dogmas mágicos ni pujas sectarias”.
“Equilibrio federal y territorial”
El presidente destacó que “no puede haber argentinos de primera y de segunda”, al ratificar su plan de federalizar el país porque “Argentina es una sola y mancomunadamente debe propender al desarrollo de todas y cada una de las regiones”.
“Vamos a poner en marcha estos acuerdos básicos de solidaridad en la emergencia contando con el apoyo de todos los gobernadores de la nación, con un criterio federal, innovador, en clave productiva y social más allá de lo meramente fiscal”, subrayó al destacar su propuesta de llevar “una parte sustancial de la actividad sustancial de la actividad política y administrativa del estado a las provincias”. Según explicó, su objetivo es alcanzar que “las realidades de esos lugares puedan hacerse carne en los decisores de la política, medios de comunicación y adquieran la visibilidad que no tuvieron durante décadas”
Obra Pública y vivienda
Aseguró su total compromiso durante su gobierno de “garantizar la absoluta transparencia en la gestión de los recursos destinados a la obra pública”, al anunciar un sistema que transparentará todas las licitaciones públicas y permitirá a los ciudadanos “monitorear los avances y denunciar irregularidades”.
Al ponderar el nuevo Ministerio de Vivienda y Hábitat, destacó que “es inadmisible pensar que millones de argentinos no tengan un techo bajo el cual guarecerse”, por lo que creyó que era conveniente crear la nueva cartera “para dar solución a las carencias”.
Fuente: Página/12