Un breve ejercicio” es el título de una nota de opinión que llegó a nuestra redacción enviada por Esteban Rodriguez, titular de APYME Necochea.

Expertos de Harvard, sugieren que el aislamiento social debe extenderse en el mundo hasta el 2022. Sí bien estas recomendaciones son legítimas, no es de fácil realización e implementación la sugerencia.

En argentina, nuestro territorio en el planeta, por las consecuencias de una política centralizada y poco federal, la concentración económica tiene sede central en la Ciudad Autónoma de Bs As. Anexando el conurbano bonaerense como la periferia de los recursos humanos para tareas indispensables mal remuneradas y poco reconocidas, y también para la radicación de empresas industriales contaminantes, con excepción de algunas, que cumplen con las sugerencias del cuidado del medio ambiente.

En el AMBA, que nuclea a un tercio de la población del país, se mueven por diferentes motivos más de 12 millones de personas por día. Los medios de transporte, por esas cosas que tiene la  historia, están pensados en función de los costos que tiene, trasladarse en tren, subte o colectivo y el efecto negativo que produce en el ingreso de los asalariados. Contemplando este flagelo económico, la administración del Estado, compensa a las empresas con subsidios y agrega indirectamente salario, disminuyendo los valores, que según las empresas, debería tener el viaje.

Este funcionamiento imperfecto, pero razonable por las circunstancias, pierde sentido ante la presencia de un virus contagioso y letal, Poniendo en jaque al sistema económico imperante en las grandes urbes. La concentración económica y las decisiones del mercado, no conjugan crecimiento poblacional, contaminación y calidad de vida.

Este detalle del funcionamiento socio-económico en el AMBA nos hace pensar seriamente, cuándo y cómo podremos volver a respirar cerca de alguien, oler su perfume y abrazarnos sin miedo.

La aplicación de test obligatorio de control sanitario, creo, en mi humilde opinión, tienen que ser  masivos y obligatorios,  convirtiéndose en el salvoconducto que permita la circulación en el territorio. Los kits diseñados por científicos del Conicet, podrían comenzar a ser fabricados, en breve, en el país, según la información dada a conocer, durante los primeros días de Mayo.

Esté no sería el único cambio. Las posibilidades de mantener el aislamiento social, con cuidados y recomendaciones indispensables, sumando el debido respeto por normas de convivencia social y un estricto control ciudadano, permitiría de manera administrada, volver al trabajo.

Quedarían exceptuados de estos permisos de circulación los mayores de 65 años. Tampoco sería posible en el corto y mediano plazo, la vuelta de las clases, actividades deportivas de conjunto, y cualquier otra actividad grupal, que no respete la distancia aconsejable.

El salvoconducto sanitario, podría ser la condición sine qua non para volver a vivir en comunidad, hasta que la ciencia defina un tratamiento de cura o la vigencia de una vacuna contra el coronavirus.

Planteada la hipótesis, observamos que los tiempos previstos para la pandemia, inicialmente evaluada con una temporalidad de tres meses, se puede alargar a un mínimo de seis y la solución definitiva podría demorar un año o más.

En estos tiempos de duración de la enfermedad, el mundo habrá cambiado su paradigma, y depende seriamente de quien construya el nuevo relato,–el miedo o la razón– cuáles serán los valores que imperen, en el nuevo contrato social internacional.

En este marco se inscribe la presentación de la reestructuración de la deuda externa, presentada ayer por el poder político de argentina. Oficialismo y oposición sostienen una sola postura con los acreedores. Lo que marca una clara diferencia con el año 2015, donde la oposición de ese momento,– Cambiemos–, decía que; Sí Ellos fueran gobierno, pagarían lo que la “justicia” de New York determine como deuda y lo harían poniendo la plata en efectivo. El gobierno que surgió de las elecciones nacionales de 2015, pagó 15.500 millones de dólares, mientras que el que se fue, sólo ofrecía 2.200 millones. Una cifra  a simple vista que muestra que intereses representaba cada espacio político. Estas diferencias hoy No se exhiben y las condiciones son únicamente las planteadas ayer en Olivos.

Esta decisión se enmarca en el mismo cuadro de situación, que el gobierno transmite diariamente a la sociedad. “Entre la vida y la economía, yo elijo la vida”. Léase economía como “sólo plata”, para entender la profundidad de esta definición. Tengamos presente que vivimos en un mundo Neoliberal globalizado y dominado por el poder financiero.

Decía ayer el Ministro Guzmán, que “en los próximos 20 días íbamos a tener muchas presiones”. Es claro entender lo que está en juego en la vida de los argentinos.

El “ajuste” que proponen los acreedores debilita las posibilidades de contar con un sistema de salud en condiciones de responder a la demanda, limita la inversión en educación, disminuye nuestra capacidad de investigación científica, aumenta las dificultades de estabilizar los precios, cercena  la administración soberana sobre nuestros recursos naturales, permite la fuga de capitales, somete a la población a vivir en la pobreza, con hambre e indigencia. Etc.

Es visible qué lo que elige el gobierno nacional, nuevamente es la vida. Decía un querido dirigente político, fallecido hace 10 años, “los muertos no pagan”.

Volviendo al inicio de esta nota, donde planteó—humildemente– realizar “un breve ejercicio” sobre las condiciones actuales y las posibilidades de combatir con éxito la amenaza del coronavirus, incluyamos las condiciones de la pandemia en el mundo, porque también somos voz y parte.

La pregunta que surge es: ¿Cómo se va a ordenar el comercio y el turismo internacional?

Es de prever que no será nada fácil, por las diferencias exhibidas en las  medidas tomadas por cada país. El tiempo que dure la batalla internacional contra el virus letal, obliga a cada gobierno a planificar su economía a puertas cerradas.

Aldo Ferrer, planteaba “Vivir con lo nuestro” como salida a las presiones financieras, que surgieron después de la caída de Lehman Brothers en 2008.

Sí bien las condiciones no son las mejores y  sabiendo que “Roma no se hizo en un día” como decía mi viejo. La oportunidad de reconstruir el país es posible. Argentina tiene recursos y capacidad instalada en la industria, mano de obra calificada y un territorio que produce energía y alimentos.

En este contexto, las PYMES, acompañadas por políticas públicas y activas por parte del gobierno nacional, créditos bancarios orientados a la producción de bienes y servicios, pueden jugar un papel destacado en la reconstrucción económica, crecimiento  y desarrollo del mercado interno, mejorando la distribución de la riqueza, producto de la generación de puestos de trabajo genuinos.

No perdamos la oportunidad, Otro Futuro es posible.

Esteban Rodríguez

Presidente de APYME Necochea.

17/04/2020