Juan Martín Del Potro tuvo, durante su exitosa, oscilante y explosiva carrera, chances reales de pelear por el número 1 del mundo. Su mejor ranking, 4º, lo alcanzó por primera vez el 11 de enero de 2010, pocos meses después de ganar el Abierto de los Estados Unidos. Pero una cirugía en la muñeca derecha, en mayo de esa temporada, rompió todo tipo de posibilidades de que pensara y llegara a lo más alto.
En enero de 2014, el tandilense volvió al cuarto escalón del ranking y muy pocos puntos lo separaron del número 3, pero nuevamente las operaciones de muñeca -esta vez, de la izquierda-, interrumpieron sus mejores deseos; inclusive, a mediados de 2015, cuando no hallaba soluciones deportivas ni anímicas, estuvo muy cerca del retiro. Hoy, ante el contexto actual del circuito y por distintas circunstancias periféricas, el jugador de 29 años se encuentra, probablemente, frente a la oportunidad más precisa de toda su carrera de luchar por la cima del ATP World Tour.
¡Apareció el poder de Del Thor ? ?!
? Después del #USOpen 2017, Juan Martin Del Potro ?? se adueñó del martillo de Thor y ahora está usando sus podes en #Acapulco ??
¡Terrible devolución!pic.twitter.com/LUMWqg6psc
— Doble Falta (@DobleFaltaOk) 2 de marzo de 2018
Del Potro luce sano y liberado, algo fundamental para cualquier proyección deportiva. Además, por primera vez en cinco temporadas logró comenzar a competir desde enero y pudo prolongar sus actuaciones durante los primeros dos meses de acción oficial. Su salud le permite poder planificar un calendario con total normalidad, algo que -hasta no hace mucho tiempo- no podía. Hoy sí puede darse ese “lujo”.
Inclusive, durante el furioso sprint final de 2017 que lo ubicó con buenas chances de entrar en la Copa de Maestros de Londres, llegó a competir durante cinco semanas consecutivas: fueron 19 partidos distribuidos entre Pekín, el Masters 1000 de Shanghai, Estocolmo (ganó el trofeo), Basilea (perdió la final con Roger Federer) y el Masters 1000 de París Bercy.
Otra circunstancia que puede ayudar y beneficiar a Del Potro (actual 8º) en la búsqueda de la excelencia en el ranking es la escasa cantidad de puntos que tiene por defender desde aquí y hasta Wimbledon. De hecho, entre Indian Wells (comenzó ayer y el argentino debutará el domingo en la segunda rueda ante el ganador de Jan-Lennard Struff y Alex De Minaur) y Miami tiene apenas 90 puntos por validar (en 2017 perdió en ambos Masters 1000 estadounidenses en la tercera rueda). Del Potro, que la semana pasada conquistó el ATP 500 de Acapulco -no lograba un título de esa categoría desde Basilea 2013-, defiende nada más que 135 puntos entre los próximos dos Grand Slam, donde están los puntos grandes: 90 por la 3a rueda de Roland Garros y 45 por la 2a en el All England.
Cómo lo ven
“Independientemente de los puntos que tiene por defender o de cómo están los rivales directos, veo a Del Potro desde lo técnico, táctico y mental, y si no está para el número 1 del mundo, está para el 2 o el 3. Perfectamente puede llegar al 1 del mundo. Desde el punto de vista del juego, el único más completo en perfectas condiciones es Federer. A Del Potro lo veo técnica y tácticamente muy claro, sabiendo todo lo que hace, muy superior a todos”, sentenció Daniel García, excapitán del equipo argentino de Copa Davis. Y añadió: “Del Potro es muy crack. Cada vez me da más sensación de seguridad. Lo vi entrenar y me impresionó mucho. Después, lo que veo en los partidos es que tácticamente es muy claro, hace todo bien. Podrá perder algún partido, pero tenísticamente hoy está dentro de los tres primeros. Hoy lo veo para pelear por el número 1”.
Algo similar evaluó otro excapitán de la Copa Davis como Gustavo Luza: “Juan Martín hoy vuelve a tener una chance de pelear por los primeros puestos. El debilitamiento de varios de sus grandes rivales puede pesar. Djokovic, Murray y Nadal parecieran estar en boxes. Y él está sano. Antes ha tenido chances, pero no las supo aprovechar por una u otra razón; sus mayores obstáculos fueron internos. Después de ganar la Davis en el 2016 todos imaginábamos que podía dar el gran golpe en 2017 y sin embargo hizo un viaje mental grande y no armó equipo. Pero eso es algo que hoy sí tiene [con el entrenador Sebastián Prieto, el kinesiólogo Diego Rodríguez y el preparador físico Leonardo Jorge a la cabeza] y es muy importante”. Luza, que llevó por primera vez a Del Potro como sparring en la Davis (ante Belarús en Minsk, en 2004), siguió: “Juan, además, es más que los jóvenes que hoy ocupan los primeros puestos, como Thiem y Alex Zverev. Los chicos no están a su altura, no tienen consistencia, solo han tenido destellos y no han sido en los grandes torneos. Juan Martín, en cambio, ya ganó un Grand Slam y es un crack”.
Claro que hay que ver si el propio Del Potro está dispuesto a hacer el gran esfuerzo para llegar a la cima. De su boca solo se escucharán conceptos prudentes, pero la verdad está en su interior. Modesto Tito Vázquez, que siempre tuvo debilidad por Del Potro durante sus años de capitán de la Davis, hizo su lectura: “El panorama para Juan Martín es muy bueno. Creo que está relativamente satisfecho con la carrera que está haciendo. Y caminante hace camino al andar. Para mí, él se lo toma con filosofía, va a ir entrenando, jugando y adquiriendo ritmo de partidos como ahora. Cuando no das un mango por el flaco, vuelve y te gana la Davis. El flaco vuelve al circuito. Ahora vuelve y les gana a Thiem y Zverev muy fácil en Acapulco. Es decir que tiene esa parte escondida que sale en momentos y muestra lo que realmente es: un crack. Lo que pasa es que siempre queremos un tipo que tenga la mentalidad de Guillermo (Vilas) y no la hay. Si los resultados lo acompañan, mentalmente va a agarrar impulso”.
“El número uno era un sueño de chico. Estuve cerca algunos años, cuando estaba cuatro o cinco, pero tenía arriba a cuatro de los mejores jugadores de la historia”, dijo Del Potro, en diciembre de 2016. Uno de los mejores amigos y referentes del tenista es Martín Palermo, el exgoleador de Boca. El Titán, también de carrera cinematográfica y de espíritu ganador, confesó algo que le pide a su amigo tenista: “Más allá de estos logros, por mi parte va a seguir la exigencia de pedirle que llegue al número 1. Se lo digo constantemente. ‘Todo esto, bárbaro. Pero no es suficiente. Todavía te falta’, le digo.