El gobierno nacional sigue al pie de la letra el plan de ajuste que le pidió el FMI y esta vez le tocó a los pequeños productores agropecuarios ser los perjudicados del ajuste de Cambiemos. A partir de un decreto, el Ministerio de Agroindustria resolvió dejar de pagar el Monotributo Social Agropecuario (MSA) a los pequeños productores y hacer el traspaso de su administración al Ministerio de Desarrollo Social como “monotributo social” a secas.
Desde hace un año que es imposible inscribirse al MSA y a partir de la insistencia de los productores, hace unas semanas el Ejecutivo oficializó el desmantelamiento del régimen que beneficiaba directamente a pequeños agricultores frutihortícolas (quinteros), agricultores familiares y campesinos sin tierra propia.
Creada en 2009, la obra social del MSA le permitió el acceso directo al sistema de salud a 50 mil agricultores, que suman 110 mil contando a los adherentes. Desde Agroindustria justifican el achique con que implica un “ahorro” de 30 millones de pesos por mes y 360 millones al año. Ahora los pequeños productores tendrán que pagar ellos mismo la cobertura de salud que ronda 260 pesos por persona.
“Esa era la última herramienta que teníamos como sector y ahora el Gobierno definió dejar de pagar lo que para nosotros era a costo cero. Ahora el Ministerio de Agroindustria decidió quitarnos esa herramienta y pasarla a Desarrollo Social lo que implica que paguemos nosotros la obra social”, aseveró el dirigente de la Unión de Trabajadores de la Tierra, Nahuel Laveggi, en diálogo con El Destape.
Advirtió, además, que “con la devaluación del dólar, el aumento de los insumos, la suba de los servicios, de la renta de la tierra, con la desarticulación de la Secretaria de Agricultura Familiar se suma esto que es la gota que rebalsa el vaso porque el Estado no se hace cargo de un sector que produce alimentos”.
Para los pequeños productores se hace imposible afrontar el pago de una cobertura de salud cuando las ganancias que obtienen de su trabajo son menores a la inversión que ponen en cada cosecha.
“Es muy por debajo de la línea de la pobreza lo que ganamos. En promedio, lo que le queda a cada familia productora por mes ronda los 10 mil a 15 mil pesos cuando la cosecha anda bien pero la particularidad es la inversión que uno hace”, indicó el referente de UTT y describió que se vuelve un círculo vicioso con “las semilleras que financian lo que uno compra para cada cosecha. Uno se endeuda, en la época de cosecha paga la deuda pero después se vuelve a endeudar para sacar otros insumos”.
Asimismo, Laveggi cuestionó la excusa que puso el Gobierno nacional para desarticular el MSA que es el “ahorro” que le produce a las arcas estatales, a lo cual, recriminó que “si se tiene en cuenta que con la disminución de las retenciones, el Estado dejaba de recaudar mil millones de dólares, según publicó la Bolsa de Comercio de Rosario a principios de año, queda en claro el carácter de clase y el sesgo antipopular de las políticas del Ministerio de Agroindustria”.
Frente a las decisiones políticas contra el sector de la agricultura familiar, las organizaciones de la economía popular y pequeños productores llevaran adelante un verdulazo el 18 de julio frente a La Rural para “mostrar que hay otro campo” y el 26 de julio marcharán al Ministerio de Agroindustria.
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