El congreso del peronismo bonaerense se reunió en Hurlingham y a diferencia de lo que sucedía en San Luis con plena participación federal de todos los rincones del país en la provincia fueron Massa y Randazzo. Y claro la diferencia es Cristina, que por su peso específico en la provincia (y en el país) hace enojar al tigrense y aliados porque los deja regelados.
El PJ provincial resolvió no expulsar a quienes compitieron por otras fuerzas e incoporó la igualdad de género. “No somos ni dialoguistas ni tendemos puentes. Somos oposición al Gobierno y levantamos las banderas de Néstor y Cristina”, sentenció Grey.
El problema del massismo radica en la provincia de Buenos Aires de sus 11 intendentes. El que tiene más claro el escenario es Massa en el propio Tigre, ya que si bien en las pasadas ganó Cambiemos nadie puede discutirle en su terruño la vuelta al PJ, tendrá que abrir el juego y obvio no es lo mismo si pone o no su nombre ¿en la intendencia?
Los intendentes massistas tienen hoy una encrucijada en la que deben enfrentar o diluirse a competir como una línea interna en el gran frente amplio del PJ, con los riesgos que implica donde si pierden hasta se quedan casi sin concejales. Por otra parte hay quienes plantean que serán colectora de ese armado, lo que implicaría algo positivo para muchos porque Massa en la anterior fue un clavo en las intendencias dl linterior donde apenas superó el 10%. Lo negativo de la colectora para los massistas es que perderían gran parte de su sustento social algo que derivaría en pérdida de votos en una hipotética interna de “atractiva” de Cambiemos con dos o tres opciones en lo loca.