Un jurado popular fallo por homicidio doblemente calificado en contra del transportista que mantenía un vínculo sentimental con la víctima, que ya había denunciado amenazas en el 2017. Clave fueron el mechón de pelo que tenía la víctima en su mano y las marcas de golpes en la cara que presentaba Ortega.
Los hechos de violencia eran de vieja data, así los hijos de Monica lo relataban;Guillermo Adrián, Cristian y Verónica Leunda, fueron coincidentes en describir situaciones de violencia extrema los celos del transportista eran tales que llegó a destrozar ropa recién comprada para que la mujer no pudiera lucirla. O romper contra la pared teléfonos celulares, enfurecido por mensajes contenidos en los mismos.
Ortega llegó a rociar la casa con gasoil, empapando con el mismo producto a su pareja, amenazando con prender fuego todo. Fue esa circunstancia que llevó a que Mónica Benavidez hiciera un denuncia por violencia de género, disponiendo la Justicia una medida de restricción de acercamiento en el 2017.
Una mañana en la casa que alquilaba y tenía un almacén, los vecinos llamaron a la policía y encontraron el cuepo de Benavidez sin vida, con marcas de estrangulamiento, un mechón de pelo en su mano, coincidente con el pelo de Ortega, su asesino. Este fue hallado en su domicilio con signos visibles de golpes en su cara y fue arrestado.
La Fiscalía pidió el homicidio doblemente calificado, femicidio agravado por vínculo, que prevé la condena de cadena perpetua. La defensa la rechazó los agravantes, en parte de su defensa alejo que era una relación enfermiza y un día explotó y solicitó el homicidio simple con pena que van de 8 a 25 años.
Dentro de no más de 30 días se realizará la audiencia de cesura donde el juez Mario Juliano deberá dictar sentencia.