La fiscal se prepara para pedir la prisión preventiva de los 10. Verónica Zamboni cree que hubo premeditación y responsabilidad compartida y también que tras el asesinato los acusados “se dieron a la fuga para lograr su impunidad”. Los testimonios y las pruebas que los incriminan.
“Adentro pegaban de atrás, ahora afuera a ver quién gana”, le gritaban a Fernando Baéz Sosa y sus amigos los rugbiers detenidos por el asesinato del joven, según destacó la fiscal Verónica Zamboni al reconstruir el hecho. La frase consta en los documentos de las indagatorias tomadas en el marco de la causa. Fuentes de la investigación señalaron a este diario que el lunes la fiscal solicitará al juez de Garantías a cargo del caso, David Mancinelli, que se formalicen las detenciones.
En tanto, se difundió un video de una cámara de seguridad que captó cuando dos de los rugbiers acusados del crimen se abrazan en el momento posterior al crimen, y uno de los abogados de la familia de la víctima interpretó que se trata de un festejo y adelantó que utilizará esa prueba para pedir que se sume el agravante de “homicidio por placer” contra los imputados.
La cámara municipal captó a las 4.45 del sábado 18 de enero el paso de los rugbiers por el restaurante Ciprianny, ubicado frente al boliche Le Brique, a metros de donde ocurrió el ataque a Báez Sosa. Se ve cómo los rugbiers comienzan a reunirse en la puerta del restaurante, y en determinado momento dos de ellos se abrazan efusivamente, e incluso se toman del pelo de forma amistosa. Segundos después, termina de llegar el resto de los integrantes del grupo y luego se retiran caminando.
Fabián Améndola, uno de los letrados de la familia de Báez Sosa, aseguró esta tarde al canal Crónica TV que es “una imagen posterior al hecho” en la que se observa a los rugbiers “a pocos metros del lugar”, en la cual se ve cómo “se abrazan” y, según su interpretación, “festejan”. “Muestran realmente el placer, el goce que les causó haber terminado con la vida de Fernando. No tengo ninguna duda de que también acá va a jugar el agravante por el homicidio por placer”, aseguró.
Por su parte, fuentes cercanas a la defensa confirmaron a este diario que la estrategia sigue siendo conjunta y que los imputados “no van a declarar hasta que no estén todas las pruebas”. Hasta entonces, lamentaron, a las detenciones y sus condiciones se suman los efectos de lo resonante que resulta el caso ante la opinión pública: “lo peor es la condena social que les cae encima, ahora cualquiera que los vea los quiere agredir, lastimar”.
La fiscal sostendría la existencia de premeditación en el ataque, en el que los imputados tenían la intención de matar: “acordaron dar muerte a Báez Sosa previamente”, señaló Zamboni. Los más comprometidos en la acusación serían Máximo Thomsen y Ciro Pertossi, sindicados por diversos testimonios como quienes pegaron los golpes fatales a Báez Sosa cuando ya se encontraba desfallecido sobre la vereda. Los restantes integrantes del grupo habrían tenido una participación clave, al asistirlos en la agresión.
Los detalles de los testimonios trascendieron a pocas horas de que se conocieran pruebas en video del expediente que acreditan los roles y el nivel de la violencia que los sospechosos habrían desatado sobre Báez y su amigo T., quien también resultó gravemente golpeado. Los hechos, detalló la fiscal en las indagatorias, ocurrieron “en la ciudad de Villa Gesell, a los 18 días del mes de enero de 2020, siendo aproximadamente pasadas las 04.41 horas y previo a las 05.00 horas, en la intersección de avenida 3 entre el Paseo 102 y la avenida Buenos Aires”.
Allí, escribió Zamboni “dos sujetos adultos de sexo masculino –identificados posteriormente como Thomsen, Máximo Pablo y Pertossi, Ciro–, quienes habían acordado previamente darle muerte a la víctima Fernando Báez Sosa, se abalanzaron sobre éste, para así agredirlo físicamente primeramente por detrás, todo ello en forma premeditada y con el fin de darle muerte”.
En las últimas horas, trascendió que, de momento, en el expediente resultan claves dos tipos de imágenes: las provistas por cámaras de seguridad de la zona de Le Brique y las registradas por el celular de uno de los sospechos, Lucas Pertossi, durante el ataque en patota. En las imágenes, se aprecia “un grupo de personas eufóricas, quienes propinan golpes a un sujeto que se encontraba tendido boca arriba sobre la vereda Este de Avenida 3”, que era el joven Báez Sosa, ya “en estado de inconsciencia, con su torso superior desnudo y pantalón de jeans color azul”.
La fiscal señaló que todo ello ocurrió “en la vía pública” y “en circunstancias en que éste (Báez Sosa) se hallaba parado junto con unos amigos en la vereda situada frente al lugar bailable Le Brique, siendo que previamente, se había suscitado un altercado con la víctima en el interior del citado bailable”. En el boliche Le Brique, detalló Zamboni, “los sujetos agredieron al damnificado, provocaron que los patovicas del lugar sacasen del boliche, por un lado a la víctima, por otro, a los agresores”.
Unos “minutos después, ya fuera del lugar” los rugbiers procedieron a “abalanzarse rápidamente sobre Báez Sosa y las personas que lo acompañaban, para comenzar a propinarle golpes de puño en su rostro el primero de los sujetos activos citados (Thomsen), provocando que la víctima cayera al piso inconsciente”, reconstruyó la fiscal,
“Una vez indefensa la víctima y con el fin de darle muerte, patearon la cabeza del mismo causándole de esa forma lesiones corporales, en particular, lesiones internas y externas, que le provocaron su deceso en forma casi inmediata, al causarle un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a traumatismo grave de cráneo”, remarcó.
De acuerdo con los testimonios recogidos por Zamboni, mientras se precipitaba el crimen los agresores gritaban “ahora qué pasa que estamos afuera… Adentro pegaban de atrás, pero ahora afuera a ver quién gana”.
Máximo Thomsen y Ciro Pertossi, calificados como “ambos sujetos activos” en el crimen, “contaron para cometer el hecho con la necesaria intervención de otros nueve sujetos”, una estimación que al parecer se sostenía porque al momento de las indagatorias el joven remero Pablo Ventura aún no había sido sobreseído.
Los otros ocho imputados que la fiscal contemplaría como partícipes necesarios son Enzo Tomás Comelli, Aytor Michael Viollaz, Alejo Milanesi, Matías Franco Benicelli, Luciano Pertossi, Lucas Fidel Pertossi, Juan Pedro Guarino y Blas Cinalli.
Para la fiscal, con ellos, los autores “acordaron dar muerte a Báez Sosa previamente, facilitando y posibilitando éstos la comisión del suceso delictivo al resultar superiores numéricamente y al rodear a la víctima y a sus amigos entre todos”. De esa manera, impidieron que Báez Sosa “pudiese defenderse” por sí solo “e incluso que sus amigos pudiesen hacerlo, quienes también fueron violentamente agredidos, recibiendo golpes en el cuerpo, causándoles a algunos de ellos lesiones corporales también”.